La palabra sánscrita Nadi deriva de la raíz “nad”, que significa “movimiento”.
Los nadis son órganos del cuerpo sutil que permiten que la energía pránica fluya a todos los puntos del cuerpo y más allá del mismo.
Imaginamos tubos muy finos, líneas o canales que forman una red muy densa dentro y fuera del cuerpo… sin embargo, no son físicos, por lo que sólo son perceptibles para la visión interior.
Se originan en la Kanda, un centro bulboso situado entre el perineo y el ombligo, similar a un huevo blanco y fluorescente, del que surgen aproximadamente 72.000 nadis.
Diez son los principales, pero sólo los tres primeros intervienen en la práctica del yoga: Ida, Pingala y Sushumna.
1. Ida – lado izquierdo
2. Pingala – lado derecho
3. Sushumna – centro
4. Gandhari – ojo izquierdo
5. Hastijihva – ojo derecho
6. Pusa – oído derecho
7. Yasasvini – oído izquierdo
8. Alambusa – boca
9. Kuhu – zona de los órganos reproductores
10. Sankhini – zona del recto

Los tres Nadis principales
1. Sushumna
Es el Nadi principal, el canal espiritual por excelencia, situado en la columna vertebral y, por tanto, conectado al sistema nervioso central.
Sushumna es el canal principal del yoga y de toda la evolución porque permite el despertar y la transformación del potencial presente en cada uno de nosotros; de hecho, controla el despertar de la conciencia espiritual.
A lo largo de su recorrido se encuentran los chakras evolutivos y en su base reside la kundalini dormida, la energía potencial que debe ser despertada por el fuego interior de la práctica espiritual.
La energía despierta se eleva más allá de la cabeza y culmina en el brahmarandra, la puerta de Brahman, situada en la parte superior de la cabeza (Sahasrara Chakra), el centro místico de la realización suprema.
La activación completa de este Nadi está relacionada con el despertar de la kundalini, la apertura de los chakras y el equilibrio de Ida y Pingala.
2. Pingala
Es el Nadi solar – Surya nadi.
Sube por el lado derecho del cuerpo, toca los seis primeros chakras y termina en la fosa nasal derecha.
La energía prana adquiere una carga magnética positiva, adquiriendo cualidades solares, desecantes y cálidas.
La energía es activa, dinámica, fuerte, extrovertida, conectada al lado derecho del cuerpo y al lóbulo izquierdo del cerebro.
Es partidario del análisis objetivo y práctico, pero posee poca intuición.
También permite el conocimiento de todo el sistema procedente de lo masculino (arquetipo); es una herencia biológica paterna que se origina en el espermatozoide, y el samyama (la práctica combinada simultánea de Dhāraṇā -concentración-, Dhyāna -meditación- y Samādhi) da acceso a todo este plano, con el consiguiente potencial para operar sobre él.
Controla los procesos vitales y está conectado al sistema nervioso simpático.
3. Ida
Es el Nadi Lunar – Chandra nadi.
Sube por el lado izquierdo del cuerpo, toca los seis primeros chakras y termina en la fosa nasal izquierda.
La energía prana adquiere una carga magnética negativa, adquiriendo cualidades lunares, frías y puras.
La energía es mental, introvertida y poco interesada en la acción práctica, sino más bien intuitiva y profunda; está conectada al lado izquierdo del cuerpo y al lóbulo derecho del cerebro.
También permite el conocimiento de todo el sistema que proviene de lo femenino (arquetipo); es una herencia biológica materna que se origina en el óvulo, y el samyama da acceso a todo este plano, con el consiguiente potencial para operar en él.
Controla los procesos mentales y está conectado con el sistema nervioso parasimpático.
Ida e Pingala juntos
Corresponden a las dos polaridades eternas del cosmos.
De su equilibrio dependen la armonía, la paz y la salud física y mental, así como el desarrollo espiritual y la activación de Sushumna.

Para qué sirven los Nadi
Se pueden utilizar las cualidades de los Nadis para equilibrar la energía del cuerpo, principalmente a través de la práctica del Pranayama (el arte de asimilar la energía vital mediante técnicas de respiración), ya que la respiración está en relación directa tanto con el nivel energético como con el cuerpo físico.
Respirar por las fosas nasales (donde terminan los Nadis) de forma equilibrada conduce a una mejor coordinación y sincronización entre los dos hemisferios del cerebro.
A lo largo de la historia, el pranayama se ha estudiado y practicado basándose en el conocimiento directo e intuitivo del cuerpo sutil para canalizar mejor la energía en todo el cuerpo con el fin de armonizar los distintos niveles del cuerpo y la mente y concentrar todas las fuerzas en los chakras que afectarán a la personalidad, el nivel de conciencia y las funciones celulares.
El Pranayama es esencial en la purificación del cuerpo físico: cuando el cuerpo físico y los canales de energía están purificados, el prana puede actuar libremente en el cuerpo humano y realizar todas sus funciones con regularidad.
Las estructuras mentales y sutiles, que conforman el cuerpo astral, también serán purificadas.
Monica Nicoletti
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